Aunque mis circustancias se presenten como singulares y extrañas, son los extremos de un dilema tan viejo y común como el mismo hombre. Tentaciones y dudas semejantes rigen los destinos de cada pecador tentado y temeroso hasta su muerte. Y a mi me ocurrió lo que le suele ocurrir a la inmensa mayoría de mis semejantes: que elegí el bien y no me hallé con fuerzas para llevarlo a cabo.
Mes: octubre 2011
Inquisiciones
El yo no existe. Schopenhauer, que parece arrimarse muchas veces a esa opinión la desmiente tácitamente, otras tantas, no sé si adrede o si forzado a ello por esa basta y zafia metafísica – o más bien ametafísica -, que acecha en los principios mismos del lenguaje. Empero, y pese a tal disparidad, hay un lugar en su obra que a semejanza de una brusca y eficaz lumbrerada, ilumina la alternativa. Traslado el tal lugar que, castellanizado, dice así:
«Un tiempo infinito ha predecido a mi nacimiento; ¿qué fui yo mientras tanto? Metafísicamente podría quizas contestarme: Yo siempre fui yo; es decir, todos aquellos que dijieron yo durante ese tiempo, fueron yo en hecho de verdad».
Jorge Luis Borges (1925, Inquisiciones, Obras Completas I, página 140, Editorial Sudamericana: ISBN 978-950-07-3489-9)
Quirurga iba delante de mi, y como la separación entre dos durmientes era menor que el tranco de un hombre, ponía un pie en un durmiente y el otro en la tierra. Eso y el torcer el cuerpo para compensar el peso del mono, le hacían hamacar el paso. A mi me ha quedado esa costumbre de caminar así con los años de criotada. Los ingleses no habían calculado el tranco de los crotos.
Hugo Nario (Bepo Vida secreta de un linyera, página 58, Editorial Libertad: ISBN 950-25-1240-5)
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…La libertad termina cuando empieza la necesidad….
…Algún día deberás optar entre la libertad y el amor….
Hugo Nario (Bepo Vida secreta de un linyera, Editorial Libertad: ISBN 950-25-1240-5)
El loco directo
La verdad molesta, y aquel que la dice es tildado de loco.