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El paraíso de los ladrones – La venganza de la estatua y otros cuentos

Harrogate cuenta con millones en sus bancos, y yo cuento con…, un agujero en mi bolsillo. Pero tú seguramente no osarías afirmar que él es más despierto que yo, o más osado, o que tiene más energía vital. No es inteligente; sus ojos parecen botones azules. No posee tampoco energía; se desplaza de una a otra silla como un paralítico. Es un concienzudo y cordial cabeza de alcornoque que, eso sí, ha acumulado su buen dinero, pero solo porque lo colecciona, del mismo modo en que un chiquillo colecciona estampillas. Tú eres sumamente inteligente, Ezza. No cuajarás a su lado. Para ser tan inteligente como para conseguir todo ese dinero, uno debe a la vez ser lo necesariamente estúpido como para desearlo.

G. K. Chesterton (El paraíso de los ladrones – La venganza de la estatua y otros cuentos, página 59, editorial Planeta, ISBN: 978-987-07-1670-9)

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