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- La tasa de desocupación en Argentina aumentó de 8,6% en Mayo de 1990 a 21,5% en Mayo de 2002.
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- La tasa de desocupación en Argentina disminuyó de 20,4% en 1er. Trim. 2003 a 7,3% en 4to. Trim 2010.
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En 2009 en Argentina la canasta básica de alimentos mensual para un adulto costaba $150 (pesos).
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$ 2.001.600 (pesos) son necesarios para alimentar 1112 personas durante 12 meses con una canasta básica de alimento de $150 (pesos).
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En 2009 la Secretaría de Medios de Comunicación Argentina gastó $271.236.641 (pesos) en Prensa y Difusión de Actos de Gobierno.
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En 2009 murieron 1112 personas en Argentina a causa de la desnutrición.
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Ayer o el martes, mi amigo y Maestro Oscar, me contó que durante la primeras dinastías chinas se solía determinar el vencedor de una batalla de acuerdo al tamaño de su ejército y sin la necesidad de acometer el combate. Sendos ejércitos se desplegaban enfrentados en el campo de batalla y se contemplaban mutuamente, hasta que el líder de uno de ellos decidía retirarse ante la intimidante superioridad numérica del ejército opositor.
En estos tiempos las contiendas políticas tienen mucho de aquello, de ejércitos y de batallas sin combates. El acto contemplativo de las batallas chinas de antaño se reemplazó por la lectura de encuestas de intención de voto que empujan al líder político de turno a permanecer o retirarse.
Proyectando esta tendencia. ¿Llegará el momento en que las elecciones en si no sean necesarias, y que el candidato político ganador se decida por mera «contemplación» de las encuestas?. ¿Invencible entonces será aquel que pueda manipular esas encuestas?
Apelando nuevamente a evidencia histórica inexacta, fueron tan solo 300 espartanos quienes vencieron a miles de persas; fue el ejercito argentino, superado en número y armamento, quien venció o espantó a las tropas anglo francesas en la Vuelta de Obligado. Los mismos chinos, en dinastías ulteriores, combatían para determinar el ganador de las batallas independientemente del tamaño de sus ejércitos.
Lo mejor parece ser que sigan existiendo elecciones y entender que algunas fuerzas políticas implementan la estrategia especulativa de desplegar el ejército en política a través de encuestas (no siempre veraces) para evitar el combate o al menos para disminuir las fuerzas opositoras. Quizás los 300 espartanos no hubieran peleado si hubieran visto las encuestas o quizás si las vieron y por eso eran solo 300 …
Tomando la licencia de extrapolar este comportamiento extraño y milenario a otras disciplinas, es divertido imaginar por ejemplo, partidos de fútbol que se decidan por “contemplación” de las habilidades de sus jugadores. En estos particulares encuentros los jugadores entran a la campo de juego no para disputar el partido de fútbol, sino para realizar movimientos individuales con y sin la pelota. Mientras esto ocurre, en el centro del campo los directores técnicos de ambos equipos intentan convencerse el uno al otro de porque su equipo debería ganar el partido. En este tipo de partidos es muy importante contar con suplentes de prestigio, ya que en muchas ocasiones referencias a posibles cambios son los que terminan inclinando la balanza por el equipo ganador. Finalmente, luego de un debate de unos 10 minutos de duración, uno de los directores técnicos decide retirarse a los vestuarios junto con su equipo ante la indiscutible superioridad de su rival. Esta es la señal que esperan los espectadores para anoticiarse de que su equipo ha sido el vencedor y desatar los festejos en la tribuna. Se cuenta que en una oportunidad un equipo sufrió una expulsión, pero esa historia puede explicarse mejor en otro cuento.
Ayer te leí, Maestro.
Hoy nacen mis dos hijos,
uno (de papel) es tuyo.
Mañana plantaré un árbol.
La plebe era una clase social pobre de la antigua Roma que carecia de algunos privilegios que tenian los nobles, eclesiásticos y militares que formaban la clase aristocrática de los patricios. En un principio los plebeyos eran denomiados «los que no formaban parte de la gente», con el paso del tiempo la población de los plebeyos superó a los de los patricios y luego de organizarse y de varios enfrentamientos con los patricios, las condiciones se tornaron más igualitarias. En los últimos años del imperio romano, ser un plebeyo ya no estaba determinado por la condición de ser rico o pobre, en cambio significaba reconocer un elemento común: la no pertenencia al patriciado.
Las clases sociales del actual sistema capitalista no difieren demasiado de aquella antigua organización. Perfectamente se podría hacer una analogía donde la mayoría de los políticos, eclesiásticos , militares y personas de la alta sociedad formarían los «patricios de la actualidad», mientras que la mayoría de los obreros, profesionales y personas de clase media / baja se agruparían en la plebe. Aunque nos estaríamos olvidando de reconocer el elemento común, que por estos tiempos es el no pertenecer a un grupo currupto, con privilegios especiales e impune. Dicho de otro modo, ser plebeyo hoy significa sentir y luchar por la igualdad y libertad de todas las personas. Este sentimiento va más alla de las clases sociales (como pasaba en la antigua Roma y seguirá pasando en los próximos tiempos).
Por todo esto, te invito a que seas un plebeyo: Registrate