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Teoría fundamental del amor

Existe una capacidad finita de dar amor, cada persona nace con exactamente 100 unidades de amor. Esta cantidad es la que dispone una persona a lo largo de su vida y lamentablemente aún no se ha podido conseguir modificarla a gusto.

Una pareja de primerizos enamorados logra el “amor completo” si se otorga mutuamente sus 100 unidades de amor.

El amor es un recurso no renovable y una vez dado no puede recuperarse. Es tan perverso, que en la mayoría de los casos se concede en forma involuntaria, no siempre se  decide de quien enamorarse. Peor aún es la situación cuando uno se reconoce enamorado, porque no puede decidir voluntariamente cuantas unidades de amor otorgar a su pareja.

El amor es agotable y su efecto positivo o negativo se padece conscientemente, pero su uso parte de una voluntad inconsciente. Aquí surge una contradicción que explica la incapacidad de tantas personas de alcanzar el ansiado amor correspondido.

Una persona tiene capacidad de recibir amor, esta capacidad es infinita (entiéndase  por infinita a recibir las 100 unidades de amor de todas las personas a lo largo de toda la historia de la humanidad). El amor recibido puede clasificarse en “consciente”,  cuando el receptor conoce el amor recibido, y en “inconsciente”, en caso contrario.

Cuando se da amor a una persona que no lo corresponde, la cantidad de amor otorgado se transforma en “desamor”. Los desamores agotan el amor. Al igual que sucede con el amor, se puede recibir desamor sin saberlo y se puede ser consciente de la cantidad de desamor poseído. Una característica importante es que el desamor se mide en la misma unidad que el amor, pero de ninguna manera puede ser utilizado para darlo a una tercer persona.

De la Teoría fundamental del amor se concluye que:

  • El amor es finito.
  • El amor no es renovable.
  • El amor no se puede delegar.
  • La cantidad de amor recibido y otorgado es involuntaria.

Podemos plantear el escenario completo del amor. Existen aproximadamente seis cientos mil millones de unidades de amor (100 unidades de amor x 6.000.000.000 personas).  En un extremo está el caso en que todos los habitantes del mundo aman a la misma persona. En este caso, la única persona que reciba las 100 unidades de amor del amado por todos, obtendrá  el “amor completo”. En el otro extremo, se encuentra el utópico equilibrio perfecto, donde todos los habitantes del mundo se aman en forma completa en el plano consciente. Este último escenario, curiosamente, solo es posible si la cantidad de habitantes del mundo es par.

Diciembre de 2006